¿Te sentís espectador de tu propia vida, rogando en tu interior que pase algo más?
Te preguntás; ¿Acaso esto es todo lo que hay?
Hay vida más allá de la zona de confort, y la buena noticia es que depende exclusivamente de nosotros.
SALIENDO DE LA ZONA DE CONFORT
Es el estadío de la vida que uno conoce y en el que permanece, donde encontramos «comodidad aparente» y experimentamos ausencia de evolución. En la zona de confort no siempre vivimos en agrado, simplemente representa el conformismo y la «seguridad» de lo conocido. Vivir en zona de confort es lo más parecido a moverse en ámbitos que dominamos, en los trabajos que siempre hicimos, en los círculos sociales que siempre frecuentamos, la misma ciudad, el mismo barrio, y así podríamos seguir todo el día. La llamada «tensión emocional» tira de nosotros permanentemente, plagando nuestros pensamientos y emociones con el temor al «fracaso», la atención a la «mirada ajena de las cosas» y la dominación del ego.
Tomar la decisión consciente de cambiar un aspecto que nos resuena es el pasaporte directo a la llamada zona de aprendizaje, sitio donde tiene lugar la innovación y la creatividad, donde ponemos a prueba nuestra propia subsistencia, desafiando frases conocidas y autolimitantes como: «no lo lograrás», «no deberías», «no podrás», «no hay dinero», entre otras. Estar a las puertas de la zona de aprendizaje implica grandes dosis de emoción, incertidumbre y la temida pero necesaria INCOMODIDAD.
Si cuestionás todo lo aprendido, pensás recurrentemente en vivir en distintos lugares, enfrentás dogmas y creencias varias, e incluso ampliás diariamente tu visión de las cosas y de las personas, estás en alineación con una energía de movimiento.
AVISTANDO ZONA DE APRENDIZAJE
Mejor dicho, bendita disrupción.
Llegar a este punto representa un gran desafío. Requiere cargar nuestra mochila con algunas dosis de esfuerzo, concentración, disposición a la experimentación, imaginación y principalmente CREATIVIDAD. Este punto nos invita a soltar todas las creencias limitantes que nos acompañaron durante el recorrido para así poder avanzar.
La salida de la norma es el primer paso para abandonar la zona de confort y expandir nuestros horizontes.
Llegar a la zona de aprendizaje nos invita a pensar desde una nueva perspectiva, acercándonos al preciado sitio en el que ocurren los cambios a largo plazo. La zona de aprendizaje es temporal, y requiere de esfuerzo para ser actualizada, subiendo un nuevo nivel con cada movimiento realizado.
La cosa no termina aquí, ya que hay un «más allá», y es la llamada zona de magia o también de pánico, para quienes resisten y persisten en la zona de confort.
LA ZONA DE MAGIA/PÁNICO:Donde las cosas suceden.
Llegar a este casillero podría decirnos que estamos entregados a la magia de la vida, echando mano pura y exclusivamente de la autoconfianza.
Entrar a zona de magia implica un acto de fe: apostar, equivocarse, pagar nuestros costos de oportunidad, tirarnos a la pileta con la duda de no saber si hay agua.
Es el auténtico salto al vacío.
¿Has llegado alguna vez acá?
¿Será lo más parecido a cumplir nuestros sueños más grandes?
¿Quién podría privarse de descubrir lo que sucede cuando logramos cosas imposibles?
Para que hayan verdaderos cambios en nuestra vida, es necesario movernos hacia otra dirección y hacer lo que nunca hicimos. Lao Tse dijo que hay que correr riesgos, pero no cualquier riesgo, sino ese que justamente comprometa nuestra propia existencia.
Cómo atravesar la zona de confort y empezar a habitar en zona de aprendizaje.
- Abrazá la incomodidad y no luches con la incertidumbre.
- Tomá nuevas rutas constantemente. Las rutinas son necesarias, pero siempre se pueden modificar cosas sobre la marcha y no pasa nada (LA enseñanza del año 2020).
- Minimalismo emocional: menos es más. Si coexistís con personas que te generan sentimientos encontrados o te inspiran el juicio y la crítica, mejor tenerlos lejos. Hay que depositar nuestra energía vital en vínculos y aspectos que nos aporten valor.
- Escuchá voces diversas para ampliar tu visión del mundo.
- Salite de la norma: Lo que hacen todos no es precisamente lo que hay que hacer. En ese momento estarás activando la tensión creativa y vas directo hacia la zona de aprendizaje.
La zona de magia no tarda en hacer su aparición, en el momento en que desafiás tus retos personales, sentís que todo al fin y al cabo es posibilidad, hacés realidad tus sueños y enfrentás nuevos desafíos.
Dicen quienes llegan a zona de magia, que de allí no se vuelve.
Como escribió Charles Chaplin: El mundo pertenece a quienes se atreven.