Barcelona fue el primer destino del viaje que emprendimos para conocer España durante casi tres semanas.
Llegamos luego de una serie de escalas en Santiago, Chile y Lima, Perú. Este fue el emocionante comienzo de nuestro primer viaje a Europa (espero que el primero de muchos) , y no se nos ocurrió mejor manera que bautizarlo con una ciudad inolvidable como Barcelona, el corazón de Cataluña y del modernismo, la cuna de la arquitectura más osada y hermosa de todas.
Conocida como «ciudad condal», Barcelona se ha ganado -por su carácter cosmopolita y vanguardista- un lugar de lujo entre las principales metrópolis del mundo. La ciudad está dividida en 10 distritos, de los cuales podemos nombrar a Ciutat Vella, Ensanche (Eixample), Sants Monjuic y Gracia como los más turísticos y centro de atracciones. Los demás son: Les Corts, Sarria Sant Gervasi, Horta Guinardó, Nou Barris, Sant Andreu y Sant Marti.
Barcelona es perfecta para recorrer a pie, ya que los barrios están muy conectados entre sí.
Preparen sus zapatillas, porque arrancamos con el primer recorrido de la serie Barcelona.
Nos alojamos en el barrio de Gracia, justo en el límite con Sarria. Un punto que resultó de gran valor para poder manejarnos a pie por la ciudad, ya que en escasos minutos salíamos a Avenida Diagonal, y en menos de 30′ (que en Barcelona juraría que no se sienten dado lo magnífico que encontrás a cada paso en términos arquitéctonicos) llegábamos a plaza Cataluña, pasando por La Rambla o bien por el Passeig de Gracia.
En primer lugar, en dirección a la Basílica de la Sagrada Familia, obra maestra de Antoni Gaudí y el modernismo, comenzamos nuestro recorrido por Avenida Diagonal, una de las calles troncales de Barcelona junto a la Gran Vía de las Cortes Catalanas, la Para-Lel y la Meridiana. Caminando sobre Diagonal es posible encontrar increíbles exponentes constructivos del modernismo catalán, como la CASA COMALAT de Salvador Valeri (con evidentes reminiscencias gaudianas) o el PALACIO DE LAS PUNTXES de Puig y Cadafalch, sólo por nombrar algunas obras resonantes de la zona.
LA SAGRADA FAMILIA DE GAUDÍ
La llegada a la zona de la Sagrada Familia fue a media tarde, nosotros hicimos «tiempo» en la plaza de enfrente porque teníamos la hora designada en la entrada para visitar el templo, pero no reparamos en que no habíamos cambiado correctamente el reloj y terminamos entrando en un horario límite.
Recomiendo sacar las entradas en forma online, ya que adquirirlas con anticipación desde la página oficial de la fundación evita colas en el ingreso y se tiene acceso a promociones interesantes. Por ejemplo, en mi caso por tener menos de 30 (ahora ya los tengo, no quedé con 29 por siempre) me descontaron el 50% del valor. Con la compra de tu entrada, además, estás ayudando a la finalización de las obras en la Basílica, prevista para el 2026. La entrada tiene dos opciones, con torres y sin torres: recomiendo la experiencia con torres, y por qué no con audioguía incluída, aunque siempre se puede leer en los carteles o luego buscar la información más tranquilo.
El ingreso a la Basílica lo hicimos entre las 18 y las 19 horas, y debido al día nublado, la ausencia de sol no nos posibilitó ver en su esplendor las proyecciones de los vitrales del interior y sus juegos de colores, aunque nos ofreció un más que interesante espectáculo. No voy a conversar sobre los tecnicismos constructivos de esta obra Patrimonio De La Humanidad, los cuales podemos encontrar en la web oficial de la fundación o en artículos más que interesantes como este de Barcelona Secreta, pero sí me voy a detener en la impresión inolvidable que me dejó visitarla por dentro.
Las fachadas tanto como el interior de la Basílica son una experiencia indescriptible, me gusta decir que hay que atravesarla, ya que entrar allí pone en jaque las convicciones de cualquiera y realza de manera significativa la genialidad que Gaudí desplegó al idearla. El surrealismo que se desprende al ingresar al lugar no tiene descripción verbal que le haga justicia alguna…me dio la sensación de estar en una especie de bosque, en el interior de algún tipo de cuento. El cielo de la Sagrada familia es como entrar en un caleidoscopio en movimiento, con la psicodelia de sus luces incluida. Merece la pena meditar frente a sus vitrales y cristales, con mucho respeto, aún si no profesás religión alguna, porque esta obra atraviesa cualquier creencia, es arte en estado puro. Sus cristales tienen retratos de los santos y los arcángeles, girar la vista y cambiar de escena hace que a uno le resulte difícil distinguir entre realidad y fantasía.
Ya en el exterior, uno podría bien pasar horas admirando sus fachadas: Natividad– la única construida por Gaudí-, Pasión -sobre el carrer de Sardenya- y Gloria -sobre Mallorca- , la fachada más incompleta hasta la fecha. Merece la pena detenerse unos minutos a contemplar la iglesia desde la plaza del mismo nombre, con lago incluido. Todo el paisaje, más allá de su innegable propósito turístico, es muy movilizante.
Claves del EIXAMPLE (Según @theblogfrombarcelona-Triangle Books)
- Recinto Modernista de Sant Pau
- Basílica Templo Expiatorio de la Sagrada Familia
- Casa de las Puntxes
- Casa Milà
- Casa Batllò
- Casa Fuster
- Casa Amatller
- Casa Calvet
- Quadrat d’or (entre Aribau y Passeig de Sant Joan): Es un museo a cielo abierto con las obras arquitectónicas de Puig i Cadafalch, Domènech i Montaner , y por supuesto Antonio Gaudí.
VUELTA POR EL POBLENOU
En pleno atardecer, a la salida de la basílica nos dispusimos a caminar un poco más la ciudad, y nos dirigimos por el Carrer de Sardenya hasta la Gran Vía de las Cortes Catalanas, dando de lleno con la ex-Plaza de toros monumental de Barcelona, un edificio de reminiscencias neomúdejares que no deja indiferente. Cabe destacar que desde mediados del año 2010 se prohibió la celebración de corridas de toros allí, y hoy se utiliza para eventos culturales y deportivos varios. A escasos pasos asomaba otro ícono de la ciudad, con sus numerosas ventanitas de colores, la famosa Torre AgBar, sede de las Aguas de Barcelona, una construcción contemporánea por excelencia de la nueva ciudad, ubicada justo detrás del Museu del Disseny. Esta zona es conocida como «22@, el distrito tecnológico» y pertenece al bloque de Sant Martí, en el Barrio del Poblenou.
Frente a la torre AgBar nos encontramos con el mall de Glories, donde marcas como Uniqlo, Hema, o Pimkie dan forma a este centro comercial a cielo abierto que incluye al mercat de Glories como sede gourmet en expansión. Alrededor de Glories también visitamos la zona del Mercat del Encants, el clásico mercado de las pulgas reservado para los domingos catalanes, y el Teatro Nacional. Vale aclarar que esta interesante zona desemboca directamente en el mar, por la Rambla del Poblenou.
El final de nuestro primer día en Barcelona estaba cantado, y nuestra primera impresión del lugar fue amor a primera vista.
RECOMENDACIONES GENERALES PARA RECORRER:
Transporte público: El metro tiene gran accesibilidad, y si vas a estar más de dos días podés usar las tarjetas Hola BCN! o las de TMB que te permite realizar determinados viajes en todos los operadores. Dejo el link donde se puede consultar la operatividad, ya que a comienzos del 2020 cambiaron algunas condiciones en el trasporte público de la ciudad. Podés combinar circuitos a pie y en transporte.
Bicicletas/monopatines: Se pueden alquilar en todos los barrios, son una postal recurrente, y en algunos sitios incluso ofrecen descuentos por horas.
Alojamiento: La zona de Gracia o la cercanía a la Rambla de Catalunya es estratégica para ubicarse ya que se puede caminar toda la ciudad. Creo que la clave de la ciudad es caminar y caminar. Los rincones que se descubren así son únicos, y no se precisa de estar gastando dinero en todo momento, sólo caminar y contemplar.
Aeropuerto: El Prat de Llobregat es un aeropuerto enorme y organizado. En las taquillas de atención al turista podés recolectar planos, mapas y recorridos del transporte público. El metro tiene una boca en el mismo aeropuerto, y además hay buses que te llevan desde ahí a Plaza Cataluña. Uber y Cabify también se adpatan muy bien para este tipo de traslados, ya que hay que considerar que el aeropuerto está alejado de la ciudad.